CONTACTAME POR WHATSAPP
Siempre quise gestionar mi tiempo y energía para que mis múltiples obsesiones creativas tengan lugar. Te abro la puerta a mis intimidades, vicisitudes y descubrimientos como artista autogestiva e interdisciplinar.
El primer escrito del proyecto tenía que arrancar con su motor. Cada proyecto requiere una cantidad de energía. ¿Por qué ponerla acá y no en otro lado? Soy de las que creen que el arte surge de la urgencia. El 9 de enero la vida me tiró un baldazo de agua fría en la cara. Nada terminó escalando a mayores gracias a una red de familia y amores que me sostiene. Pero después empezaron a desencadenarse una serie de factores, menos graves que el primero, pero que se fueron acumulando en mi capacidad de sobrellevar los imprevistos.
Y después de un par de crisis, admití que estaba llegando a un burnout. En marzo. Suelo deambular entre el colapso y el darme cuenta. Pero esta vez fue diferente, las fluctuaciones anímicas que empecé a atravesar me asustaron. Cada día se volvió una odisea y mi mente podía disparar para donde sea que se le ocurriera, la sensación de confusión me agobiaba y, como le dije a alguien de confianza: “no quiero que mi mente arruine mi vida”.
La primera sesión con mi psicóloga, le expresé mis miedos. Ella me invitó a ver mi contexto. Mi entorno social y socio-político. Ahí, lo empecé a ver (ver de verdad). Empecé a ver el apuro generalizado. Las caras apagadas. El completar la checklist como objetivo del día. La desconexión con los procesos vitales. El foco puesto en generar dinero y sacar provecho de otres. La disociación del presente completamente normalizada. El hacer hasta no dar más. Hasta el llanto, el quiebre, el agotamiento. Volver una y otra vez sobre esta rueda y pretender que esta vez, con solo unos minutos de meditar, o una lectura, o una escapada a la naturaleza, nuestra vida cambie. Me cansé de verlo y poner a mi salud física-mental por debajo de mi rendimiento artístico-profesional. Me cansé de postergarme para cumplir metas. De dejar para después lo que tendría que estar al inicio. De creer que esta es la única manera de vivir de lo que amo.
¿Qué tiene que ver esto con construir mi camino como artista autogestiva? TODO. La base que sostiene cualquier proyecto que queramos hacer está en cómo se encuentra nuestro vínculo mente-cuerpo y cómo nos vinculamos con nuestro entorno. Sin esa base, lo que se construya arriba, va a tambalear. Tengo que volver a la fuente. Desaprender caminos neuronales formateados. Vaciarme de información. Volver a elegir. Animarme a dejar que muera una parte de lo que fui, de mi forma de crear.
Y esto lo comparto porque: sé que no soy la única atravesando un momento desafiante.
PROXIMAMENTE ABRO UNA NEWSLETTER PARA INTERCAMBIAR NUESTROS SENTIRES.
Con amor, Azurah.
¿Qué se te viene a la mente si te digo: “crecimiento”?
Busqué en google esta palabra. La mayoría de las imágenes lo mostraban como: escalonado, hacia arriba y con un tinte positivo. Siento muy distante esta representación gráfica a la incomodidad que estoy sintiendo en esta etapa que considero de mucho crecimiento.
Un día surgió un dibujo en un taller que doy (uno donde está Azurah, acostada, con raíces creciéndole del cuerpo y entrando en la tierra). CRECER HACIA ABAJO, escribí. Fortalecer el suelo. Cultivar eso que nadie va a ver ahora. Lo que está detrás de escena.
El crecimiento, para mi, es silencioso, desestabilizante e íntimo. Pueden acompañarte más o menos de cerca, pero siempre hay un proceso que le compete a tu propia mente-cuerpo. Hay un duelo con tu etapa anterior y la forma en la que acostumbrabas ser. Una sensación de abismo, de no entender cómo se van a reconfigurar tus partes para seguir caminando.
¿Te ha pasado de encontrarte con una situacion dificil o incomoda y que tu impulso haya sido evitarla? Sucede un alivio inmediato en postergar esa tarea, esa reunión o conversación. Pero hacer como que el problema no existe: no lo evapora. Las situaciones se empiezan a acumular, y tu estrategia de evitación deja de ser efectiva. Los problemas te encuentran tarde o temprano, más grandes: por no ser atendidos a tiempo. Algo del colapso que sentí hace unas semanas tuvo que ver, entre muchas otras cosas, con no hacerme cargo de que estaba evitando.
El 8/04 en mi sesión de terapia le dije “ahora entiendo que no se trata de solucionar todos mis problemas, sino de entender cuáles son necesarios enfrentar para construir la vida que quiero”. El 11/04 escribí: por fin estoy sintiendo CLARIDAD. Siento la planta de mis pies en la tierra, y como si fueran haces de energía, veo todo el cambio que puedo hacer de adentro hacia afuera. Desde mi suelo hacia el cielo. Quise encontrar atajos, y la vida me pinchó el globo. Lo que crece firme necesita de raíces fuertes para no tambalearse.
Acá estoy, en el camino largo. Cultivando mi suelo.
Gracias por leerme, con amor, Azu/Ju
¿Querés seguir leyendome?